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CELEBRANDO VIVIR con el arte de Händel, Miguel Luna Tapia
Una historia que contar
Hace aproximadamente 5 años (octubre 30) estando recién internado en el Centro Médico, escuché a un doctor en la visita matutina decir a otro – Éste dura máximo tres días – a lo que el otro contestó – Vamos a estudiarlo – (¡como objeto de estudio…!). Transcurrió el día entre piquetes, dolor, incertidumbre, tristeza y un sinfín de sentimientos encontrados, esperando a que mamá llegara para decirle lo que había oído y pedirle que me sacara de ahí. – Si he de morir en tres días – dije – quiero que sea en mi casa y no en un hospital - (con todo lo que eso implica).
No tengo idea aún de todo lo que hizo ella para sacarme de ahí, ni estaba yo consciente del dolor que esto causaba a mi familia; en casa el "tiempo límite" para mí se fue rápido, no así para ellos y para los amigos que desfilaron por mi habitación con sus preocupaciones y buenos deseos. Pasó el tercer día en que paradójicamente era mi cumpleaños, y quizá de regalo no morí, para mi consuelo y el de muchos. Permití entonces que me llevaran a otro hospital y luego al INER. Después de estar varios días mamá, Ernesto, Maru y yo yendo a esperar que hubiese una cama disponible, por fin me internaron. Fueron semanas de medicamentos, tratando de parar la infección, para poder hacer los análisis y saber qué tenía. Hasta que un día un doctor me dijo:
– Te tenemos que operar; tu pulmón esta hecho licuado y si lo dejamos te mueres. Si te lo quitamos tal vez vivas – Sobra señalar que me convenció. Pero después de la operación me dijeron que no iba a poder volver a cantar, y entonces me quise morir… ¡¿Para qué me habían salvado, si me iban a quitar la vida?!
Alta, diciembre 30. Salí caminando, no hizo falta más oxigeno pero en mi corazón había una profunda tristeza: no volver a cantar… Pasaron dos meses y recibí una llamada de la maestra Olivia Gorra, quien no estaba enterada de todo lo que había pasado. Quería invitarme a reforzar un coro en Oaxaca con la zarzuela Luisa Fernanda y no dudé: el famosísimo SI PUEDO.
– ¿Sí puedes? – preguntó atónita mi tía Chayo.
– Tengo que poder – contesté. Y así fue como comencé a cantar otra vez, poco a poco y gracias a las clases de recuperación vocal con mi maestro de canto.
Sé que tengo que agradecer a muchas personas: mi madre, hermanos, familiares, amigos, doctores y hasta algunos desconocidos, por su apoyo moral y económico. Todos ustedes saben quienes son; pero principalmente a quien nunca me dejó y me sigue amando, como solo Él lo sabe hacer: ¡GRACIAS DIOS!
¿No es éste un gran motivo para celebrar? Y bueno, hagámoslo con Händel y su música. ¡TODOS INVITADOS!!!
Miguel LunaTapia
De la música
El estilo de Händel es una extraordinaria síntesis de los principales estilos nacionales musicales de su época. Toma los mejores elementos y características de cada uno de ellos y los supera por separado: la solidez, la simpleza de la estructura y el contrapunto de la música alemana; la melodía y el enfoque vocal del bel canto de la italiana; la elegancia y solemnidad de la escuela francesa; y la audacia, sencillez y fuerza de la inglesa, a la que da un nuevo y vigoroso empuje. Fruto de sus estancias en estos países, sus composiciones son prueba de que Händel era un auténtico cosmopolita de su tiempo. Fue un fiel continuador de estos estilos y técnicas, en que no aporta ninguna novedad en la primera mitad del siglo XVIII, aunque especialmente da a óperas y oratorios un nuevo y especial sentido dramático y monumental, triunfante, poderoso y solemne que lo hace único entre la música de su tiempo.
Programa
La Resurrezione
Obertura
Quando e parto
Così la tortorellatalorpiange
Eccoil sol ch'escedal mar
Caro figlio
INTERMEDIO
Almira
Sarabanda
Du irrstdichmeinlicht
Alcina
Un momento di contento
Rodelinda
Iogiàt'amai, ritrosa
Tuodrudo è miorivale
Músicos
Octlivinum ensamble
Galel Sánchez, Tonalli Lozano – violines
Eduardo Cabrera – viola
Eric Franco – violoncello
Miguel Montes - clavecín